El sabor de verdad

El otro día volvió Leo de sus vacaciones por Perú. Siempre trae regalitos, y aunque nunca soy de pedir nada (la última vez Diego de Miguel me preguntó qué quería que me traiga de su viaje a España y le contesté: Alfajores) ligo de carambola alguna exquisitez regional o pilcha ad referendum. Esta vez me trajo una remera de Nazca, que es el lugar donde los extraterrestres hicieron dibujos en el piso (el que me tocó fue el del pájaro, obvio). Los dibujos están hechos sobre la tierra y se pueden ver sólo desde las alturas, y son una especie de Pictionary Interestelar.
Pero se ve que los alienígenas no sólo se dedicaban a las artes plásticas, sino también a la construcción. No hay una explicación racional de cómo mierda pudo hacer el hombre para construir las ruinas de Machu Pichu (aclaro que cuando fueron concebidas, no las levantaron como ruinas, digo para algún gilastrún). Los Incas no conocían la rueda, así que salvo por levitación, teletransportación o desmaterialización/materialización, les era imposible trasladar semejantes cascotes para armar una ciudad arriba de la montaña.
En Egipto pasa lo mismo con las pirámides, y en México también con los Mayas y sus pirámides y templos. De hecho, la gran mayoría de las cosas a las que no les encontramos explicación están creadas por los extraterrestres, como por ejemplo los cuadros de Marta Minujín, de la cual aún no se ha podido determinar su procedencia.
A qué viene todo esto? Me puse a pensar cuál fue el invento extraterrestre más importante para la humanidad. Los templos y las ciudades ya están en ruinas, los dibujos sólo los podés ver si sos un multimillonario como Leo y tenés avioneta y las Pirámides para lo único que sirven es para que te compres una en miniatura y te la metas en el orto para que te de buenas ondas. Por Descartes me di cuenta que el único invento de los de arriba que vale la pena y que durará por los siglos de los siglos amén, es la Coca Cola, y esto no tiene discusión. Sólo una mente tan superpoderosa pudo inventar una bebida a la que se la puede llamar de una forma tan fea, con un colorido amarronado, y con un sabor tan indefinido que sólo se puede comparar con sí misma.
No existe fruta que se asemeje a su sabor, ni existe alimento ni animal que al estrujarlo o meterlo en la juguera Yelmo de Sofovich logre dar con ese gustito. La formula durante años se dijo que era secreta, pero no es así, de hecho la receta siempre se conoció, pero los seres humanos jamás pudieron hacer una bebida idéntica. La realidad es que sus componentes no existen en la Tierra, y son bajados a través de naves espaciales invisibles en pequeñas porciones a las plantas donde se supone que la fabrican.
Todos sabemos que el objetivo de los extraterrestres es apoderarse del mundo y esclavizarnos, por lo tanto no puede extrañarnos que nos hayan dado de probar esta droga sin la cual la vida no tendría sentido, para luego sobornarnos y explotarnos haciendo trabajos forzados a cambio de pequeñas raciones que vendrán en envases no retornables.
Gente, ya lo dijo Solari Parravicini: el dinero no tendrá más valor. A los egipcios les pagaban con bolsitas de sal, y a nosotros nos van a pagar con botellitas de Coca Cola. Y como ya es una costumbre de este blog iniciar cruzadas, comencemos la Cruzada por el Ahorro de Coca Cola. Es preferible morir hinchado, que vivir sin burbujas.

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