Ruso, no podés hacer eso, entendés?

El gordo, canoso, sonriente, iluminado, con toda la magia encima, con sus cincuenta y tantos años mostrando cosechando toda la onda que se le sale desde cada uno de los poros del pecho y hace que la gente no necesite más que eso... nos miró y se bajó... nos pidió a nosotros... me pidió a mí... cariño...
Qué más se puede pedir después de haber hecho absolutamente todas las cosas que nos tentaron a ser felices y audaces durante toda la vida? cariño... sólo eso...
Y la gente se lo dio... nosotros se lo dimos... yo se lo dí...
Me quedé como un boludo durante más de diez minutos pensando: Este tipo acaba de demostrarnos a todos cuál tiene que ser el objetivo de un artista... yo quiero ser como él... auiero ser gordo... quiero tener toda esa panza directamente proporcional a su sonrisa... quiero tener todas esas canas que quieren irse volando a pasear por atrás del telón...
Gilmour se paseó entre nosotros, tan mortales y necesitados de cariño como él, y nos mostró uno de los tantos caminos que existen para ser felices.
Gracias Ruso...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Extrañarte es el eco del tiempo que me diste

Girondeando

La Caída