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Mostrando las entradas de noviembre, 2007

Cercanía

Y cómo haré la próxima vez que tenga a centímetros de mi cara a ese seno. Aún queda la sensación de temblor, de felicidad al acercarse, sonriendo ante la necesidad de compartir un momento único, tan único como efímero. En teatro se dice que un actor jamás repite un gesto, que cada función es única, que ninguna repetición es tal sino que es una nueva posibilidad de sentir el mismo camino como si nunca hubiera sido transitado. Cómo conozco esto! siempre el mismo camino, siempre una repetición que enseguida se transforma en única, siempre un temblor distinto al verlo llegar. El instante es enorme, el instante es efímero, el instante es eterno, el instante es mi vida, sin ese punto que nos une, una y otra vez sintiéndonos llegar, una y otra vez retomando las ansias al alejarnos para repetir este rito que nos comulga. Lo veo palpitar, latir cada vez con más intensidad a medida que se siente mi aliento confundiéndose con el suyo. Mi boca junto al seno, que rápidamente me sonríe, me siente y

Gustavo Adolfo

-¡No! ¡No! -exclamó el joven incorporándose colérico en su sitial-; no quiero nada... es decir, sí quiero... quiero que me dejen solo... Cantigas... mujeres... glorias... felicidad... mentiras todo, fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos, ¿para qué?, ¿para qué?, para encontrar un rayo de luna. Manrique estaba loco: por lo menos, todo el mundo lo creía así. A mí, por el contrario, se me figuraba que lo que había hecho era recuperar el juicio. Rimas. Gustavo Adolfo Becquer 20 octubre de 1537. Sentado a la orilla del Mar Rojo... a la espera de esa ola que se acerca y se despide siempre de forma tan efímera (así son ellas). Los segundos pasan lentos a medida que se acerca la hora indicada. Yo la esperaré. Aunque siempre sea lo mismo, aunque no dependa de mí sino de la luna que ella se quede esta vez uno, dos, tres segundos más. Aunque en ese lapso que siempre deja con ganas, uno sólo atine a contemplarla y sonreir

A donde vayan los iremos a buscar

Todos sabemos la cantidad de milicos, ex-milicos, hijos de milicos, gente que estuvo vinculada con ellos, amigos, fachos, xenófobos, y demas hijos de puta que están aún en nuestra sociedad, trabajando desde la clandestinidad, desde atrás. Impunes por hacer todo a escondidas. No hace falta nombrar algunos casos como para saber que todavía están entre nosotros, cometiendo actos terroristas como la desaparición de Julio López. Los vemos todos los días, leyendo la revista B1, participando de reivindicaciones militares, justificando (la injustificable) guerra (guerra dicen) contra el "terrorismo" de hace unas décadas. Muchos de ustedes llegaron acá a través de un video que hice hace un par de años sobre Hitler. En la misma página de Youtube se pueden leer algunas declaraciones pro-nazis de algunos boludos que lo comentaron. Declaraciones que fueron contestadas una por una por mí, sin dejar dudas sobre la vereda en la que estoy parado. Hace unos días, recibí un mensaje personal de

Carrizo

- Carrizo! -porque mi vieja me llamaba Carrizo- Andá de Vicente y traeme medio kilo de carne picada, pero decile que no te dé de la vaca del otro día porque tenía mucha grasa! Ella sabía, en el fondo, que yo no le iba a decir nada a Vicente. Yo le iba a pedir carne picada y nada más, pero ella se quedaba con la ilusión de que ella se lo decía, que se sacaba el gusto, la espina, de criticarle la vaca del otro día. Mi vieja era así, gritaba todo el tiempo. Para limpiar la habitación, para hacer los mandados, para estudiar, para todo tenía que escuchar sus gritos, aunque estuviera a sólo un par de pasos de ella. Los padres a veces tienen concepciones tan raras acerca de lo que deben enseñar a sus hijos... En la cola del banco, si era muy extensa, se mandaba derecho para la caja, a los gritos y se colaba en el primer lugar. No en la mitad, haciéndose pasar por amiga de alguno. No. Ella iba directo a la caja. No importaban las quejas de los que estaban allí, siempre se salía con la suya uti

Fierro

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Hace mucho que no me reía tanto con un chiste... El Niño Rodríguez, Revista Fierro Nº 2. Noviembre 2006.

El cartel de Juárez

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Esto lo saqué de una revista Humor&Juegos de hace como 20 años... Siempre me llamó la atención el siguiente cartel. El 95% de la gente lee "ASI ES LA VIDA"... sólo el 5% de los encuestados lee lo que allí realmente dice.

Se buscan dos audaces

¿Y te acordás cuando había chistes con el rubio de Camel?

El loco en la colina

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Un día te quedaste ahí arriba. Solo. Sabías quedarte solo. No te costó mucho hacerlo, disfrutabas de esa lejanía con el mundo, con el mundo real. Un día subiste y no bajaste. De vez en cuando te encarnabas en lo que creías que eras vos, pero no. De vez en cuando hacías que bajabas y no te creíamos. Nunca te salió hacer de vos mismo. El mundo. La realidad. La felicidad. Mi felicidad. Mi realidad. Mis sueños. Tu realidad. Tus realidades. Tus sueños. Tus mundos. Tu mundo. Qué mareo. ¿Y cuál es? ¿Cuál de todas? ¿Será realmente la mía? ¿Habremos sido nosotros los que bajamos y vos el que nos veías alejándonos? Defendiste tu mundo como único sueño y yo defendí el mundo como única realidad, sin saber lo equivocados que estábamos. Ya no estoy tan seguro de que realmente esto sea realidad. No puedo confiar en esto que me rodea. Dudo ahora de estar abajo. Dudo que todos estos que me rodean, realmente me rodean. Y Oliverio cansado de usar un solo brazo, dos labios, veinte dedos, no sé cuántas pal