Taxi!!!
Subió al 71 con rumbo a Urquiza, más precisamente a Congreso y Triunvirato. Después de esperar un buen rato parado por fin se desocupó un asiento al fondo, contra la ventanilla. Se quedó pensando, venía de un día muy largo y cualquier cosa le llegaba al corazón, malas y buenas. El recorrido era vueltero, así que tuvo tiempo para que mil cosas le pasen por la cabeza. Cada tanto sonreía acordandose de algo, o ponía gestos sutiles e indescifrables, pero que reflejaban un pensamiento pasajero. Faltaban 10 cuadras para llegar, ya el colectivo se había desocupado bastante y quedaban unos cuantos asientos libres. Justo cuando se dio cuenta de eso, sintió un perfume que le perforó el cerebro. A su lado se había sentado esa mina que uno reza porque elija tu asiento. Esa mina con la que uno fantasea. Se sintió orgulloso y afortunado, miró al resto de los pasajeros, con cara de "estoy acompañado", "viene conmigo", "no me la miren", "es mía"... Cuando termin