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Círculo

Hace exactamente seis años, de forma inconciente y sin ningún tipo de premeditación, abría un círculo por el que intentaría caminar sin saber hacia dónde me llevaría. Tal como he recordado en alguna oportunidad, Dolina tiene la teoría de que “todo lo que hacemos es para enamorar mujeres”; y no me parece mal. Quizás ese fue el motivo por el cuál empecé a escribir acá. Acabo de terminar de leer la novela “ El pibe que arruinaba las fotos ”, de Hernán Casciari. Es un libro que había leído ya de otra forma, por separado, semanalmente cuando el Gordo iba publicando sus cuentos en Orsai . Esos cuentos que terminaron siendo novela, según palabras del autor, para cerrar un círculo. Él habla también de los pequeños milagros, y así es como empieza mi camino, o mejor dicho, así es como termina. Quiso el azar que todo esto empezara con mi fantasía intentando contar una anécdota o la esencia de la misma. Esa anécdota se transformó en el primer cuento de este espacio. Quiso el azar también, que...
Ambos estaban muy intrigados acerca del otro. Apenas sabían nada e imaginaban el resto. Aprovechaban cualquier detalle en los gestos, las palabras o vestimenta como para descubrir gustos, ideas, sensaciones o carácter que los hiciera acercarse un poco o alejarse más. El juego consistía en acercarse a la realidad del otro y ocultar la propia, intentando que sólo las esencias se posaran sobre ellos y salieran corriendo a esconderse de lo terrestre. Ella lo vio acercarse y con el afán de escuchar algo que la descubriera un centímetro más del enigma, retiró el auricular de su oido. Él no comprendió el gesto, pero reacomodó su estrategia y le preguntó con una sonrisa: -¿Puedo saber qué escuchás? -¿A vos qué te gustaría que escuche? - retrucó ella -Cualquier cosa que te haga sentir... -¿Y qué te gustaría que me hiciera sentir? -Mi voz al lado de tu almohada... Ella se sonrojó, él mantuvo su mirada, ella introdujo nuevamente el auricular, él comprendió que iba en la dirección correcta...

Historia de Vampiros

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Mueven blancas

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Propongo el siguiente juego: Objetivo: Los participantes deben quedar unidos cara a cara y tomados de la mano. Cantidad de Jugadores: Un participante de sexo femenino y un participante de sexo masculino. Participantes secundarios: El número puede variar entre 35 y 55 personas. Componentes: un Dado (no incluído), un lápiz/birome/lapicera, un pasaje/boleto por ronda, un transporte/bondi, un chofer/motorman. Duración de la partida: Preferentemente 30 días. Nivel de Dificultad: Alto. Reglamento Tiempo de Juego: El juego consta de rondas en los que cada participante puede optar por hacer uso o no de su turno. Cada ronda, podrá ser llamada también "viaje". No se tomará como ronda aquel viaje en que no se hallen los dos participantes principales. Si finalizadas las 30 rondas no se cumple el objetivo del juego, se dará por vencedor a aquel que continúe feliz con su vida. Cuanto más temprano pueda conseguirse el objetivo, mayor será el grado de satisfacción de los participantes. Dist...

Audrey

Se asomó en el mar de cabezas, intentando que su vista superara la media, intentando encontrar el tesoro oculto que lo esperaba. La vio sentada en el fondo. Los lentes tapaban sus ojos y no pudo mirarla. Se dejó llevar por la gente que bajaba y subía, avanzando posiciones en su camino hacia ella. Se entregó al destino, apostando su suerte a que el futuro se imponga y lo deje cara a cara. Los nervios aumentaban paso a paso, su corazón comenzaba a pasarle facturas y la transpiración lo abrazaba mientras la distancia se hacía más corta. Al fin se detuvo, faltaban sólo un par de metros. Aprovechó esa situación para tranquilizarse. Convenció a su cuerpo de que volviera a respirar, a su corazón para que cese con su baile y a su mano para que encuentre asilo en su bolsillo. Y allí la encontró, su silueta en el reflejo de la ventana le permitía un esbozo de rostro que cerraba sus ojos detrás de los vidrios oscuros. El libreto se repetía una y otra vez en su mente. La cuerda del telón se encont...