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- No hay caso jefe, dice no saber nada ... y todos los intentos fueron en vano al intentar sacarle alguna información... ...pero sabían que Sócrates algo debía saber

Esta es la cola de un corto que filmamos hace unos años. Fue mi primera experiencia dentro del cine y si bien se notó que eran los inicios de varios, se laburó muy profesionalmente. El corto se titula "El Hombre que vio la primera noche caer", fue dirigido por Silvina Díaz Challiol , dura unos 20 minutos y además de mí, también actuaron Juan Pablo Pereira y Josefina Stancatti.

Esta foto no se merecía menos que un post.

Una atrofia cerebral que tengo desde hace nunca recuerdo cuánto me impide almacenar en mi memoria las cosas que han sucedido. Los sucesos pasan por mi cabeza con la misma fugacidad que estalla el presente a cada segundo. No logro que mi pasado descanse más que escasos segundos en mi mente sin que intente fugarse ante el primer esbozo de futuro. Alguna vez habré sabido cuál fue el motivo de esta desgracia. Por mi cabeza se continúan permanentes fotogramas de una película que jamás existió. Esas imágenes coinciden con mi vida, hablan de mí, hablan de los hechos de los cuales soy el protagonista. Hablan del mañana. Todos y cada uno mis recuerdos se componen de sucesos que aún no me han ocurrido. Soy un vidente sin memoria. Afortunadamente como método de autoprotección mi propio cerebro logró separar conceptual y prácticamente el recuerdo del conocimiento. De ese modo logro aprender cosas sin depender del recuerdo, cosa que tanto física como psíquicamente la humanidad ve como inaceptable.

Las mujeres no entienden que cuando uno está mirando futbol, les habla a los jugadores, al técnico, a los árbitros, al banderín del córner, al hincha que se está manducando un sámbuche, a.... Entonces, durante 90 minutos se puede escuchar de fondo como un estribillo de un tema de Miranda un: - Qué mi amor? ... punchi punchi punchi - Cómo mi amor? ... punchi pin punchi pum - Me hablaste? ... punchi taca taca punch

Si una vez muerto, el mundo deja de ver con claridad el camino, entonces no se aprendió nada.

De Galeano, explicando algunas realidades mundiales en una conferencia en Italia.