El Deforme
Ya el hecho de leer en el bondi es una elección complicada. Los inconvenientes suelen ser múltiples. Con la práctica uno va encontrando la forma de sortearlos de la mejor manera posible. La elección del asiento es algo elemental. Es necesario situarse lejos de las ruedas, dado que las amortiguaciones de los bondis argentinos dejan mucho que desear, sobre todo si le sumamos el estado desastroso en el que se encuentran habitualmente las calles. El movimiento brusco del libro delante de nuestros ojos puede provocar mareos y dificultades a la hora de seguir los renglones de arriba hacia abajo salteando uno por uno. Por este motivo es recomendable sentarse (o pararse) en un lugar equidistante entre la rueda delantera y la trasera. Esto, en caso de escasez de asientos puede provocar innumerables distracciones provocadas por los pasajeros que intentan ir hacia el fondo o bien bajar por la puerta del medio, por lo que siempre se sugiere colocarse apoyado sobre el espacio reservado para sillas