Paso a Paso
* Primer Bloqueo de rutas, 24 hs.
* Segundo Bloqueo, 48 Hs
Fuertes críticas a la intervención del Estado en la economía, amenazas y violencia por parte de los chacareros, acusaciones de golpismo y medidas oficiales para intentar garantizar el abastecimiento.
* Tercer Bloqueo, 11 días
Confederaciones Rurales Argentinas y Federación Agraria como la punta de lanza de los productores. Esas dos entidades presentan, al iniciar su tercer lockout del año, un documento con 14 puntos donde se le comienza exigiendo al gobierno “derecho de participación de las entidades gremiales representativas del agro en el estudio y la elaboración de la política económica nacional”
* Cuarto Bloqueo, record: 18 días
El Estado fijaba precios máximos para las producciones. Esa intervención estatal es vista como una herejía por los chacareros, los cuales al mismo tiempo reclaman, paradójicamente, desgravaciones impositivas para estimular la retención de vientres y el aumento de la producción, créditos a tasas blandas y la “aplicación de medidas cambiarias que posibiliten la exportación fluida de la producción agropecuaria en general y ganadera en particular”, entre otros puntos.
* Desde el oficialismo se acusa a las entidades del campo de expresar los intereses de la oligarquía terrateniente. Sin embargo, los dirigentes rurales aseguraron que “la protesta no surge de ningún pequeño o privilegiado sector de grandes ganaderos sino que se nutre de la decidida voluntad de millares de productores que nada tienen de oligarquía agraria"
* El titular de una de las federaciones campestres declara en TV: “Hay enemigos del país que se niegan a reconocer que el campo es su columna vertebral”, agregó.
* Diputados Oficialistas reafirman la posición oficial: "El lockout, decretado por las organizaciones que agrupan a los elementos más reaccionarios de los sectores tradicionales del privilegio y sus socios menores, constituye una provocación política que apunta a perturbar el accionar del gobierno justicialista”
* El gobierno asegura que varias exigencias han sido satisfechas antes del inicio de ese tercer lockout, poniendo como ejemplo la liberación del precio de la hacienda en pie, el reajuste de la cotización de los cereales, el pago total de los saldos adeudados por la Junta Nacional de Granos y la homologación de los precios propuestos por los tamberos. Sin embargo, el lockout se extiende por once días, tal como estaba previsto inicialmente, y una vez concluido se organiza uno más extenso.
* El ministro de Economía primero intenta restarle importancia a esta última protesta al declarar que “si no hay carne, comeremos pollo”, pero cuando el bloqueo comienza a provocar los primeros faltantes solicita a las Fuerzas Armadas el envío de hacienda.
* El gobierno remarca que el campo no está atravesando una situación crítica y pone como ejemplo el aumento de la producción.
* La respuesta llega desde la Sociedad Rural que, apoya la protesta desde un estratégico segundo plano. “Es probable que el área de siembra haya aumentado, pero ello no es debido al estímulo de buenos precios de cereales, sino a los desastrosos precios ganaderos que han obligado a los productores de tierras aptas a sembrar como única alternativa”
* Con el paso de los días el bloqueo comercial crece en intensidad. Varios productores afines al gobierno denuncian a hacendados huelguistas por la quema de sembrados, el corte de alambrados y la dispersión de hacienda lista para ser enviada a los mercados. Además se difundieron solicitadas intimidatorias como la publicada en el diario La Nación: “La Asociación Rural de Carlos Tejedor informa a la opinión pública que han cargado hacienda para faena, intentando sabotear el movimiento de fuerza declarado por CRA y FAA"
* El gobierno amenaza con decretar en estado de emergencia económica la comercialización de ganado. La medida autoriza a la Junta Nacional a proponer procedimientos tendientes a mantener el normal abastecimiento de la población, incluso contemplando la posibilidad de expropiar la producción.
* La respuesta por parte de los huelguistas no se hace esperar: "Van a ocurrir hechos de violencia que nosotros no podemos controlar”, asegura en respuesta el titular de Federación Agraria.
Cómo sigue esto?
El cuarto lockout del año llegó a su fin el 10 de noviembre, pero el enfrentamiento siguió su curso. El 16 de febrero de 1976 la gran mayoría de los productores adhirió al paro empresario propuesto por Apege y el 27 de marzo tenían previsto iniciar otro lockout sectorial. Sin embargo, las Fuerzas Armadas derrocaron a Isabel Perón antes de esa fecha. Los principales dirigentes del campo celebraron la llegada de la dictadura militar, a punto tal que Jorge Aguado, titular de Carbap, terminó siendo secretario de Agricultura de Roberto Viola y gobernador de la provincia de Buenos Aires con Leopoldo Galtieri.
Ahora la situación es diferente. Los militares están fuera de la escena política, pero varios referentes rurales están cuestionando al Gobierno con una virulencia propia de los ’70. El viernes, justo el día en que se reanudaban las negociaciones, Carbap publicó en La Nación una solicitada dirigida a la Presidenta con términos provocativos y rupturistas. “Hubiera sido mejor que nos decepcionara el contenido de sus propuestas, en vez de herirnos con sus expresiones. La incapacidad de preservar la altura y dignidad de su investidura hizo descender el discurso al desprecio y la falacia. Peor aún, alentó rencores y enfrentamientos entre argentinos, que se concretaron apenas unas horas después en manos de grupos irregulares y violentos al servicio del poder (...) Que Dios la perdone y nos dé a todos la templanza para conservar la calma y preservar la paz”, señala el texto de la entidad que preside Pedro Apaolaza y que apareció firmada por decenas de sociedades rurales de la pampa húmeda. Un verdadero déjà vu.
* Segundo Bloqueo, 48 Hs
Fuertes críticas a la intervención del Estado en la economía, amenazas y violencia por parte de los chacareros, acusaciones de golpismo y medidas oficiales para intentar garantizar el abastecimiento.
* Tercer Bloqueo, 11 días
Confederaciones Rurales Argentinas y Federación Agraria como la punta de lanza de los productores. Esas dos entidades presentan, al iniciar su tercer lockout del año, un documento con 14 puntos donde se le comienza exigiendo al gobierno “derecho de participación de las entidades gremiales representativas del agro en el estudio y la elaboración de la política económica nacional”
* Cuarto Bloqueo, record: 18 días
El Estado fijaba precios máximos para las producciones. Esa intervención estatal es vista como una herejía por los chacareros, los cuales al mismo tiempo reclaman, paradójicamente, desgravaciones impositivas para estimular la retención de vientres y el aumento de la producción, créditos a tasas blandas y la “aplicación de medidas cambiarias que posibiliten la exportación fluida de la producción agropecuaria en general y ganadera en particular”, entre otros puntos.
* Desde el oficialismo se acusa a las entidades del campo de expresar los intereses de la oligarquía terrateniente. Sin embargo, los dirigentes rurales aseguraron que “la protesta no surge de ningún pequeño o privilegiado sector de grandes ganaderos sino que se nutre de la decidida voluntad de millares de productores que nada tienen de oligarquía agraria"
* El titular de una de las federaciones campestres declara en TV: “Hay enemigos del país que se niegan a reconocer que el campo es su columna vertebral”, agregó.
* Diputados Oficialistas reafirman la posición oficial: "El lockout, decretado por las organizaciones que agrupan a los elementos más reaccionarios de los sectores tradicionales del privilegio y sus socios menores, constituye una provocación política que apunta a perturbar el accionar del gobierno justicialista”
* El gobierno asegura que varias exigencias han sido satisfechas antes del inicio de ese tercer lockout, poniendo como ejemplo la liberación del precio de la hacienda en pie, el reajuste de la cotización de los cereales, el pago total de los saldos adeudados por la Junta Nacional de Granos y la homologación de los precios propuestos por los tamberos. Sin embargo, el lockout se extiende por once días, tal como estaba previsto inicialmente, y una vez concluido se organiza uno más extenso.
* El ministro de Economía primero intenta restarle importancia a esta última protesta al declarar que “si no hay carne, comeremos pollo”, pero cuando el bloqueo comienza a provocar los primeros faltantes solicita a las Fuerzas Armadas el envío de hacienda.
* El gobierno remarca que el campo no está atravesando una situación crítica y pone como ejemplo el aumento de la producción.
* La respuesta llega desde la Sociedad Rural que, apoya la protesta desde un estratégico segundo plano. “Es probable que el área de siembra haya aumentado, pero ello no es debido al estímulo de buenos precios de cereales, sino a los desastrosos precios ganaderos que han obligado a los productores de tierras aptas a sembrar como única alternativa”
* Con el paso de los días el bloqueo comercial crece en intensidad. Varios productores afines al gobierno denuncian a hacendados huelguistas por la quema de sembrados, el corte de alambrados y la dispersión de hacienda lista para ser enviada a los mercados. Además se difundieron solicitadas intimidatorias como la publicada en el diario La Nación: “La Asociación Rural de Carlos Tejedor informa a la opinión pública que han cargado hacienda para faena, intentando sabotear el movimiento de fuerza declarado por CRA y FAA"
* El gobierno amenaza con decretar en estado de emergencia económica la comercialización de ganado. La medida autoriza a la Junta Nacional a proponer procedimientos tendientes a mantener el normal abastecimiento de la población, incluso contemplando la posibilidad de expropiar la producción.
* La respuesta por parte de los huelguistas no se hace esperar: "Van a ocurrir hechos de violencia que nosotros no podemos controlar”, asegura en respuesta el titular de Federación Agraria.
Cómo sigue esto?
El cuarto lockout del año llegó a su fin el 10 de noviembre, pero el enfrentamiento siguió su curso. El 16 de febrero de 1976 la gran mayoría de los productores adhirió al paro empresario propuesto por Apege y el 27 de marzo tenían previsto iniciar otro lockout sectorial. Sin embargo, las Fuerzas Armadas derrocaron a Isabel Perón antes de esa fecha. Los principales dirigentes del campo celebraron la llegada de la dictadura militar, a punto tal que Jorge Aguado, titular de Carbap, terminó siendo secretario de Agricultura de Roberto Viola y gobernador de la provincia de Buenos Aires con Leopoldo Galtieri.
Ahora la situación es diferente. Los militares están fuera de la escena política, pero varios referentes rurales están cuestionando al Gobierno con una virulencia propia de los ’70. El viernes, justo el día en que se reanudaban las negociaciones, Carbap publicó en La Nación una solicitada dirigida a la Presidenta con términos provocativos y rupturistas. “Hubiera sido mejor que nos decepcionara el contenido de sus propuestas, en vez de herirnos con sus expresiones. La incapacidad de preservar la altura y dignidad de su investidura hizo descender el discurso al desprecio y la falacia. Peor aún, alentó rencores y enfrentamientos entre argentinos, que se concretaron apenas unas horas después en manos de grupos irregulares y violentos al servicio del poder (...) Que Dios la perdone y nos dé a todos la templanza para conservar la calma y preservar la paz”, señala el texto de la entidad que preside Pedro Apaolaza y que apareció firmada por decenas de sociedades rurales de la pampa húmeda. Un verdadero déjà vu.
Adaptación de la nota de Página 12 del 30 de Marzo de 2008
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