Ballotage 2023
Estamos en vísperas del Ballotage 2023.
Por un, lado, con pantalón amarillo, se sube al ring Javier Milei, que tuvo una aparición furtiva y que le sirvió para poder subir al cuadrilátero con muchos apostadores de su lado. Por el otro rincón, con un pantalón descolorido e indefinido y que intenta mostrarse como celeste y blanco, sube Sergio Massa, quien tuvo un pasado discutible y un presente más que conflictivo, pero se proclama como el artífice de una futura unión nacional.
En lo personal, creo que si se aprovecha esta situación, se puede plantear la verdadera grieta en el país y empezar a discutir lo real. El tema es que en los medios, tanto la militancia (de base, de redes y de los medios) como los dirigentes, lo que se está discutiendo es si "El loco" es un autoritario, un nazi, un desequilibrado... etc. En fin. De todos modos, ese eje de discusión probablemente logre que se gane la elección, porque la verdad es que buena parte del electorado está acostumbrada a votar sin mucho análisis y desde un lugar más emocional que otra cosa. A eso sumale que Macri (cual Agente Smith) le copó el partido al minarquista como si fuera un virus y que obviamente el mercado o círculo de poder sabe que el proyecto no los beneficiará.
Como siempre digo, la discusión izquierda-derecha, se refiere (o debería referirse en países como el nuestro) al cómo se hace la redistribución pensando siempre en beneficio de la población. Por supuesto que es importante que el Estado sea un mediador o un orientador o un regulador o como quieras llamarlo y de acuerdo al tinte político irá más hacia un lado que el otro. Hasta ahí creo nadie puede estar en desacuerdo. Pero para discutir eso, primero tenés que ver qué es lo que hay que distribuir. Qué mierda me voy a poner a discutir de izquierdas y derechas si lo que tenemos para distribuir es el resultado de la venta de productos primarios? Si centramos en eso la discusión estamos muertos. Por un lado van a decir, no podemos gastar más de lo que ingresa y te ponen el ejemplo de las finanzas hogareñas. El tema es que (presten atención porque siempre es así), nunca se pone el foco en el ingreso, sino en el egreso. Para que las cuentas cierren, es necesario reducir gastos y no incrementar ingresos.
Antes de discutir la distribución hay que discutir el modelo productivo del país. Y en ese sentido mi postura fue y es siempre muy clara: el único modelo productivo aceptable para lograr una renta que luego pueda distribuirse y garantizar derechos y justicia social, es el que se basa en la Industria Nacional. La industria nacional la van a crear los empresarios de derecha y los laburantes de izquierda (por poner falsamente dos grupos en los que podría definirse la puja). Para eso necesitás de la derecha y de la izquierda. El problema en la argentina es que el empresariado nacional nunca existió (el nunca es una exageración, lo sé). Esto sucede por dos grandes motivos: el primero es que los grandes poderes económicos tienen su base en un proyecto de país primarizado en su economía (son los dueños de esos recursos, ganaderos, agropecuarios, mineros). Y segundo, que la influencia de las ideas cipayas de liberalización (empujadas por los grandes poderes económicos globales o extranjeros) hicieron que la industria nacional nunca existiera. Esto porque hace casi 200 años se definió lo que se llama "División Internacional del Trabajo", que implica que los países dueños de los recursos vivirán de eso (el granero del mundo) y los industrialistas nos venderán los recursos fabricados. Ese esquema es el que los sectores cipayos promueven, favoreciendo siempre en el intercambio al poder económico global no nacional.
Ahí está la discusión real. Esa es la única discusión que debería existir como eje principal. Luego, una vez definido que el modelo será de industria nacional y eso sea inamovible, es decir Política de Estado, ahí hablemos de izquierdas y derechas. Las discusiones de izquierdas y derechas corresponden más a una mirada europizante donde el problema principal ya está resuelto. Es decir, todos los países que tienen esa discusión son ya países industrializados.
Volviendo al inicio, por eso hablo de aprovechar la situación. Hoy la reagrupación partidaria corresponde a groso modo al planteo Proyecto Nacional vs Proyecto Antinacional. Cada uno con sus izquierdas y derechas internas. Si bien los troskos no aceptaron, Milei les ofreció ser parte del gobierno. Lo hizo por identificación real, más allá de todos los epítetos gritados en campaña, pues sabe que en realidad responden al mismo proyecto. Ahí habría estado bien configurado el proyecto Cipayo de izquierda/derecha contra el proyecto Nacional de izquierda/derecha.
Si la dirigencia es inteligente, podría aprovechar el momento para que el famoso "Gobierno de unidad nacional" no sea otra cosa que plantear este proyecto productivo. El tema es quién manda arriba y si Massa efectivamente es o será un un títere de EEUU (ya sabemos que lo fue). Por eso es necesario desarticular inicialmente el resto de las discusiones y también por eso se habla del final de la grieta. Conociendo a la dirigencia nacional y a la militancia, dudo que así lo sea y dependiendo de cómo se encare el futuro de las discusiones, vamos a ver si avanzamos o volvemos a discutir el cupo trans.
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