Los ángeles usan email

Diez de septiembre de 2023. Dorita, con sus 85 años estaba cansada de esa pérdida. La vecina le venía reclamando desde hacía meses pero ella sola no se podía hacer cargo. Estuvo pateando el tema con la culpa de saber que el agua se filtraba desde el baño y le estaba arruinando el techo a Emma y su novio.

A Emma la conocía desde chiquita por lo que había cierta confianza, pero el remordimiento por no poder solucionarle el tema la tenía mal. Una cosa es vivir sola a esa edad, hacer sus compras, mandados y arreglos menores, pero esto ya incluía que alguien se meta en su casa, le rompa los azulejos, le cobre por un trabajo que ella no entendía y por eso necesitaba ayuda.

Jorge, el mayor, ya le había dicho que él se iba a encargar, pero con su laburo siempre estaba corto de tiempo. Con Eduardo no podía contar, tenía que venir desde Avellaneda y no podía coordinar para semejante obra.

Para no joder a ninguno de los dos, habló con el encargado del edificio, para que le recomendara un plomero que pudiera hacerle el trabajo. Así fue como se contactó con Javier, conocido de un conocido que vino a ver de dónde venía la pérdida de agua.

Semanas más tarde Javier le explicó que el problema estaba en el bidet, lo cual era una buena noticia y que sólo debía cambiar un desagote. No era complicado pero entre materiales y mano de obra se iban unos buenos pesos.

- Cuarenta lucas, mami? segura?

- Así me dijo, Jorge. Yo la plata la tengo y quiero solucionar el tema ya.

- No querés que lo vaya a ver? quizás es una boludez.

- Pero hace tres meses que te vengo diciendo, yo no puedo esperar más. El muchacho este me dio confianza y por lo que me dijeron, trabaja muy bien.

- Bueno, dale, yo le transfiero la plata y después arreglamos. Pedile por favor el alias así le mando.

- Sí, me lo pasó en un papel, ahora le saco una foto y te lo mando.

Minutos más tarde, Jorge recibió en whatsapp una imagen borrosa, un poco movida y fuera de foco de un papel y tres palabras separadas por punto. Fue a su aplicación, escribió y salió el nombre: Miguel Osorio. Transfirió y en el fondo sintió alivio. Un tema menos.

- Listo mami. Ya le pasé. Miguel, no?

- No, el muchacho se llama Javier. Quizás la cuenta no es de él. Te fijaste bien? clara.tuerca.prisa

- No, "prisa" no, acá dice "brisa"... no, pará, sí, puede ser una "p", la puta madre

- Bueno, le digo que te devuelva la plata?

- Qué plata mami??? le transferí a otra persona! hay que pedirle a esa persona! Dejá, yo me arreglo.

Jorge, tipeó nuevamente el alias y ahí salieron los datos de Javier -la puta madre-, sistema de mierda. Quién carajo es Miguel Osorio? Facebook, mil. Filtrando sólo por Argentina, 73. Google 1259 resultados. En el banco le dijeron que no podían darle información personal de los clientes.

Cuarenta lucas regaladas -la puta madre-.

Diez de noviembre de 2023. Miguel recibe un mail de Cabify con sus promociones. No le interesaba ninguna, pero vio que la última era bastante piola: 30% pagando con tarjeta Brubank. Miguel había sacado la cuenta de Brubank a fines del año 2017, cuando fue presentada y comenzaba el furor de las billeteras virtuales. Nunca le dio uso y en el 2021 la terminó desinstalando con un saldo de $ 6,25.

La promo le pareció buena así que la instaló nuevamente. Como ya sabemos, se encontró con el regalo de cuarenta mil pesos provenientes de un tal Jorge, del cual sólo tenía el apellido y ningún dato personal. Con algo de tranquilidad, vio que tenía un segundo apellido, lo cual simplificaría la posibilidad de encontrarlo.

Miguel hizo hizo los mismos pasos que Jorge, con inversos resultados pero el mismo nivel de fracaso en la búsqueda. Facebook, cero resultados. Google, un resultado de linkedin.

Ingresó a Linkedin pero no pudo enviarle mensaje. Consiguió el mail y le escribió. Pasados unos días no recibió respuesta. Llamó a la empresa donde figuraba que trabajaba, habló con RRHH contando la situación, pero no le creyeron mucho y lo despacharon rápidamente con un "dejame tu teléfono y le avisamos".

Dos días más tarde, mientras Miguel miraba el partido de Argentina-Uruguay, recibió un llamado de un número desconocido.

- Hola Miguel, soy Jorge, vos llamaste a la empresa donde trabajo.

- Hola Jorge, por fin te encuentro!

Jorge pasó a contarle la situación, cómo es que se confundió y lo mal que se quedó la madre por pasar por esto.

- Te juro Miguel que estoy llorando, esto es un regalo de Dorita. Mi vieja falleció la semana pasada. Fue ella la que hizo esto. Ella se sentía mal por esto y por eso hizo lo posible para darme este regalo. Vos rezale que te va a dar todo lo que le pidas.

Miguel agradeció, cortó llorando, le envío el dinero y pensó en Pipina, pensando en que quizás los milagros existen y los angeles andan por ahí, haciendo cosas de maneras extrañas.


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