Pregunta

Estuve con la flaca que te conté la vez pasada. Habíamos ya tenido un encuentro y como sabés, no terminó muy bien. Por eso yo sabía que las posibilidades de coger esa vez eran casi nulas.

Pese a la tensión sexual que hubo toda la noche, yo estaba resignado. Nos habíamos dado unos besos y compartido algunos mimos. La cosa es que entre caricia y caricia terminamos en la cama.

Igual yo sabía era no. Era imposible. Las caricias en la cama fueron subiendo la temperatura, el tono, el chorus, la reverb y el pitch... pero sabía que no. No iba a suceder, incluso por cuestiones físicas del momento que no te voy a detallar por respeto.

En el momento cumbre, entre roces y fricciones que la habían llevado a una nube, jugué una carta que me garantizara una vuelta próxima. En el momento del clímax le digo al oído con la mayor dulzura del mundo:

-Quiero que sepas que no quiero coger. Y no vamos a hacerlo. Hoy solo quiero dormir a tu lado y que todo sea distinto.

Yo te juro, aunque creas que soy exagerado, un temblor recorrió su cuerpo. Un orgasmo con mí nombre suspirado al aire. Convulsiones de placer en vuelo de hoja. Hacía mucho que no veía eso. Yo pensaba "yeeaahh". Estaba sentado a su lado la contemplaba mientras le acariciaba el hombro. Fue bajando. Su temblor fue aminorando.

-Estás bien? -le pregunto- qué sentís?

-Siento algo que nunca sentí en mí vida.

-Peritonitis? -fue mi pregunta final.

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